Hoy te propongo una travesía que es puro Guadarrama, una ruta circular de 9 kilómetros y 560 metros de desnivel positivo, ideal para quienes buscan una experiencia auténtica entre cumbres, arroyos y esculturas naturales que despiertan la imaginación.
Arrancamos desde las tranquilas presas de La Barranca, ese rincón donde el bosque se refleja sobre el agua como un cuadro que aún respira. Desde ahí, comenzamos el ascenso en busca de la cuerda de los Almorchones, una línea de crestas y granito que se eleva sobre el valle, regalándonos vistas abiertas y la sensación de caminar sobre los hombros de la sierra.
Una vez arriba, dejamos que el sendero nos lleve hacia el arroyo de Peña Jardinera, un paraje sombrío y fresco, donde el sonido del agua se mezcla con el del viento entre los pinos. Aquí no termina el esfuerzo, porque nos espera una subida sostenida por la ladera de los Asientos.
Allí, al abrigo de la montaña, emergen dos formas pétreas fascinantes: el Dinosaurio y el Tiburón. Modeladas por siglos de viento, hielo y agua, estas figuras de granito parecen cobrar vida, desafiando al tiempo y despertando la imaginación de quien se detiene a mirarlas.
